Favorecer la participación juvenil es y ha sido, sin duda, uno de los retos más importantes de los gobernantes democráticos, especialmente de la izquierda. La acción política no es solo lo que se hace desde las instituciones; también los ciudadanos y ciudadanas tenemos mucho que decir. Juntos, gobierno y ciudadanía, hemos de encontrar los medios que permitan la máxima implicación posible del máximo número de personas, en aras del interés general. Es, en este interés público, donde los y las jóvenes tenemos un papel fundamental que jugar, y que hemos de saber aprovechar. La importancia de este papel radica en que hemos de ser nosotros, los y las jóvenes, los que nos pronunciemos y tomemos partido sobre los problemas y necesidades que nos atañen, y que contribuyamos, por tanto, en la configuración de la sociedad que queremos.
La participación ciudadana, y por ende juvenil, viene garantizada en la Constitución Española en el artículo 23, que reza “los ciudadanos tienen el derecho a participar en los asuntos públicos”; del mismo modo, dicha Constitución ordena a los poderes públicos “facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social”.
Observamos, por tanto, que la participación es un derecho legalmente reconocido, pero ello no implica que existan los adecuados canales y herramientas para llevarla a cabo. Se hace imprescindible, no solo reconocer la participación como un derecho ciudadano; sino establecer y facilitar los mecanismos necesarios para el desarrollo y ejecución de dicho derecho. Es aquí donde la labor de las administraciones públicas han jugado un papel fundamental en el desarrollo o, por el contrario, estancamiento de la participación.
Entendiendo la política como la gestión de lo público, los socialistas nos planteamos el espacio urbano como el espacio donde se puede acercar la política a la ciudadanía, donde se puede comprobar que la gestión de la cosa pública se puede hacer con la participación de las personas implicadas.
Sin embargo, en el otro lado de la moneda, concretamente en la derecha, hay quien ha entendido que la participación ciudadana más que una necesidad es un problema. Centrándonos en la participación juvenil, la derecha española ha pretendido crear una “democracia supermercado”, en la que mercantilizar la participación y fomentar el clientelismo.
De esta manera, ha sido tanto la derecha política como la derecha mediática, las que han creado y difundido hasta la saciedad el viejo bulo o estereotipo de que tenemos una juventud acomodada, sin preocupaciones, y que no participa.
Si bien, es necesario hacer la parte de autocrítica que como jóvenes nos corresponde, y es que desde los sectores juveniles, la participación no es toda la que debiera, ya que debería verse representada en más sectores y a mayor escala. Pero nunca, aceptar el estereotipo injusto y generalizado de que la juventud española actual es despreocupada y poco participativa. Cosa muy distinta es que los jóvenes no participemos de la forma en la que al Partido Popular le gustaría. Y es que siempre que los jóvenes hemos participado, la derecha ha salido perdiendo.
La juventud es susceptible de participar si las propuestas son suficientemente atractivas o si es necesaria nuestra movilización como herramienta para pronunciarnos sobre asuntos de interés general. Los jóvenes hemos participado siempre que nuestro presente y futuro estaba en juego. Es necesario recordar que ha sido, en gran parte, la juventud la que ha propiciado las grandes movilizaciones en España, como el famoso rechazo a la guerra de Irak, y la que ha favorecido los grandes cambios políticos, como cuando los jóvenes respaldamos en masa en el año 2004 las políticas renovadoras y progresistas del PSOE de Zapatero. Es por todo esto por lo que al Partido Popular no le gusta que la juventud participe; es evidente que les sale muy caro.
Al contrario del Partido Popular, los socialistas hemos apostado por fomentar la participación ciudadana en todos los sectores, pero en la juventud con principal entusiasmo. Si hay un partido político en España que verdaderamente ha entendido la necesidad de una juventud participativa ha sido el Partido Socialista. Desde el PSOE no solo se le ha dado la oportunidad de participar y expresarse a los jóvenes, sino que se ha escuchado con atención nuestras demandas y problemas, y lo que es más importante hemos buscado conjuntamente posibles soluciones. Es por esto, entre otras razones, por lo que siempre he defendido que el Partido Socialista es el partido de los jóvenes, donde no solo somos escuchados sino también tenidos en cuenta.
De igual manera, ha sido el Partido Socialista el partido que ha entendido de mejor manera la transversabilidad de las políticas juveniles, promoviendo que los jóvenes seamos protagonistas de todos los campos de actuación.
Los socialistas tenemos la convicción de que la participación de los jóvenes no solo es necesaria, sino que también es imprescindible. Es de vital importancia que se promueva una juventud crítica, comprometida y participativa en todos los campos de la sociedad, y entre ellos, en la política. Desde el PSOE siempre hemos tenido y siempre tendremos las puertas abiertas a la juventud, no solo porque nos interesan sus propuestas, demandas y sugerencias, sino porque estamos convencidos de que la participación de la juventud en política dignifica la labor política.
“Dímelo y lo olvidaré,
enséñamelo y lo recordaré,
involúcrame y lo aprenderé”
Benjamín Franklin
La participación ciudadana, y por ende juvenil, viene garantizada en la Constitución Española en el artículo 23, que reza “los ciudadanos tienen el derecho a participar en los asuntos públicos”; del mismo modo, dicha Constitución ordena a los poderes públicos “facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social”.
Observamos, por tanto, que la participación es un derecho legalmente reconocido, pero ello no implica que existan los adecuados canales y herramientas para llevarla a cabo. Se hace imprescindible, no solo reconocer la participación como un derecho ciudadano; sino establecer y facilitar los mecanismos necesarios para el desarrollo y ejecución de dicho derecho. Es aquí donde la labor de las administraciones públicas han jugado un papel fundamental en el desarrollo o, por el contrario, estancamiento de la participación.
Entendiendo la política como la gestión de lo público, los socialistas nos planteamos el espacio urbano como el espacio donde se puede acercar la política a la ciudadanía, donde se puede comprobar que la gestión de la cosa pública se puede hacer con la participación de las personas implicadas.
Sin embargo, en el otro lado de la moneda, concretamente en la derecha, hay quien ha entendido que la participación ciudadana más que una necesidad es un problema. Centrándonos en la participación juvenil, la derecha española ha pretendido crear una “democracia supermercado”, en la que mercantilizar la participación y fomentar el clientelismo.
De esta manera, ha sido tanto la derecha política como la derecha mediática, las que han creado y difundido hasta la saciedad el viejo bulo o estereotipo de que tenemos una juventud acomodada, sin preocupaciones, y que no participa.
Si bien, es necesario hacer la parte de autocrítica que como jóvenes nos corresponde, y es que desde los sectores juveniles, la participación no es toda la que debiera, ya que debería verse representada en más sectores y a mayor escala. Pero nunca, aceptar el estereotipo injusto y generalizado de que la juventud española actual es despreocupada y poco participativa. Cosa muy distinta es que los jóvenes no participemos de la forma en la que al Partido Popular le gustaría. Y es que siempre que los jóvenes hemos participado, la derecha ha salido perdiendo.
La juventud es susceptible de participar si las propuestas son suficientemente atractivas o si es necesaria nuestra movilización como herramienta para pronunciarnos sobre asuntos de interés general. Los jóvenes hemos participado siempre que nuestro presente y futuro estaba en juego. Es necesario recordar que ha sido, en gran parte, la juventud la que ha propiciado las grandes movilizaciones en España, como el famoso rechazo a la guerra de Irak, y la que ha favorecido los grandes cambios políticos, como cuando los jóvenes respaldamos en masa en el año 2004 las políticas renovadoras y progresistas del PSOE de Zapatero. Es por todo esto por lo que al Partido Popular no le gusta que la juventud participe; es evidente que les sale muy caro.
Al contrario del Partido Popular, los socialistas hemos apostado por fomentar la participación ciudadana en todos los sectores, pero en la juventud con principal entusiasmo. Si hay un partido político en España que verdaderamente ha entendido la necesidad de una juventud participativa ha sido el Partido Socialista. Desde el PSOE no solo se le ha dado la oportunidad de participar y expresarse a los jóvenes, sino que se ha escuchado con atención nuestras demandas y problemas, y lo que es más importante hemos buscado conjuntamente posibles soluciones. Es por esto, entre otras razones, por lo que siempre he defendido que el Partido Socialista es el partido de los jóvenes, donde no solo somos escuchados sino también tenidos en cuenta.
De igual manera, ha sido el Partido Socialista el partido que ha entendido de mejor manera la transversabilidad de las políticas juveniles, promoviendo que los jóvenes seamos protagonistas de todos los campos de actuación.
Los socialistas tenemos la convicción de que la participación de los jóvenes no solo es necesaria, sino que también es imprescindible. Es de vital importancia que se promueva una juventud crítica, comprometida y participativa en todos los campos de la sociedad, y entre ellos, en la política. Desde el PSOE siempre hemos tenido y siempre tendremos las puertas abiertas a la juventud, no solo porque nos interesan sus propuestas, demandas y sugerencias, sino porque estamos convencidos de que la participación de la juventud en política dignifica la labor política.
“Dímelo y lo olvidaré,
enséñamelo y lo recordaré,
involúcrame y lo aprenderé”
Benjamín Franklin
(Artículo publicado por Pablo Camacho en el Boletín Electrónico de la Agrupación Socialista de Manzanares)
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